Efectivamente,
ese ha sido lo que ha protagonizado el acto programado para este jueves 11 de
abril, como parte de las actividades organizadas para este segundo trimestre de
la Casa de Ceuta en Cádiz.
Como
siempre, la Casa, se esfuerza en hacerse eco de las fiestas, celebraciones,
actos y demás actividades sociales, populares y tradicionales de su patria
chica, en su afán de dar a conocer las mismas a los naturales de la zona, así
como mantener en los ceutíes de aqueste lado del estrecho ese recuerdo
imborrable que llenó nuestra juventud con las vivencias acumuladas en nuestra
ciudad natal, hacen que subsista ese lazo inmaterial que los une con ella.
En
este caso, ha sido lo que les ha permitido ver y oír el pregón pronunciado el
pasado domingo 7 de abril en el Teatro Auditorio del Revellín, gracias a la
grabación efectuada y subida a internet por nuestro diario decano El Faro de
Ceuta, donde el pregonero asignado para este año Juanfran Bautista, exaltó nuestra
Semana de Pasión, proyectándose en la sala de exposiciones de esta asociación
caballa, donde se ubicó un receptor de televisión y sillas dispuestas para que
los asistentes en un número importante, que pudieron disfrutar de las sentidas
frases en formato pregón del encargado por el Consejo este año de presentar al
pueblo de Ceuta, esta efeméride de tan hondo significado para los creyentes, es
decir, del capataz del Cristo de la Flagelación, D. Juan Francisco Bautista.
No
vamos a repetir aquí lo expresado por el pregonero, de su pública declaración
tanto de fé católica como de sentimiento cofrade en que se puede resumir lo que
con tanta emoción supo decir a lo largo de su intervención este domingo de
Pasión nuestro paisano Juan Francisco, sí señalar, en cambio, como sus palabras
despertaron en los que lo oímos y vimos, sensaciones, sentimientos al parecer
dormidos en la niebla producto del paso de los años, pero que un verbo vibrante
como el del pregonero sabe despertar trasladándonos, como en aquella máquina
del tiempo de H.G. Wells, a aquellos años de nuestra juventud en que la Semana
de Pasión representaba no solo una festividad religiosa sino, milagros de la
primavera, un resurgir que podríamos calificar de biológico.
Tras
la terminación del vídeo, y todos muy satisfechos prorrumpieron en aplausos
emotivos, despidiéndose unos de otros, dado que como cada año la sede permanece
cerrada durante la Semana Santa hasta el lunes de Pascua, en que se reanudan
las actividades.