Llegando
el 13 de junio cumplimos con la tradición al reunirnos para celebrar la
festividad del santo de Padua, tan venerado en nuestra ciudad, allá en su
ermita del Monte Hacho.
Miembros de la Casa nos desplazamos
como cada año hasta Chiclana de la Frontera pues es ya costumbre, donde en la
parcela de un socio y a la sombra de sus pinos, quedamos en encontrarnos para
pasar la festividad de San Antonio, recordando esta ancestral fiesta local, con
su romería que sube cada año hasta la ermita ubicada en las estribaciones del
Monte Hacho y que tantos de los que estamos por la península, fuimos participes
alguna vez de ella y así celebrar ese día tan entrañable para todos los
caballas.
En un lugar
preferencial se colocó un cuadro con el cartel anunciador de este año que
gentilmente nos envió a nuestra solicitud, el hermano mayor de la cofradía
ceutí Carlos Orozco, así como una gran bandera albi-negra que presidió toda la
jornada.
De
esta manera se pasaron las horas hasta la caída de la tarde y antes de dar por
terminado el festejo, comenzaron a llegar los devoradores mosquitos, los que
asistimos que pasamos el medio centenar, tomamos un delicioso té moruno con
pastas auténticas, continuando para dar buena cuenta de otros dulces caseros.
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