Como
venimos haciendo todos los años, nos desplazamos el martes 12 de junio al
término municipal de Chiclana, para celebrar, aunque fuese la víspera, la
festividad del Santo Patrono de esta villa, precisamente por la gran devoción que
despierta el Santo, desde tiempo inmemorial, en nuestra ciudad de Ceuta.
En esta ocasión, por razones de
agenda, concretamente dada la celebración Magna Mariana del sábado 16 de este
mismo mes y demás actividades de este apretado mes que suele ser junio, este
año un poco más de lo normal, se decidió adelantar la celebración al día 12.
Siguiendo la costumbre, presididos
por un cuadro al óleo del Santo en cuestión de más de un siglo de antigüedad,
los participantes en la concentración desplegaron sus enseres habituales de
estas reuniones al aire libre para disfrutar del sol, cuyos efectos caloríferos
mitigaba un viento de poniente bastante fresquito, directo del atlántico como
es el de la costa gaditana, así como para dar buena cuenta de las viandas y refrescos
propios de estas ocasiones. Como plato principal, siguiendo la costumbre, una
buena paella elaborada por uno de los socios al que se considera experto en
esta especialidad culinaria, y que no defraudó en absoluto a los comensales.
Tras los postres, fruta
exclusivamente, el descanso correspondiente, interrumpido para algunos para
echar unas partiditas de dominó, una cierta revancha para los que no ganaron el
campeonato de la Casa, recientemente acabado. Luego, pasado un par de horas, se
degustaron café y té verde como el que tomamos en Ceuta, con yerbabuena, como
nos gusta a los caballas, acompañado de pastas y bizcochos. Una merienda
reconfortante dado el vientecito frescachón que animaba a la ingesta de bebidas
calientes.
Finalmente,
las fotos de familia tomadas bajo el cuadro de San Antonio antes citado, tras
lo cual, la recogida de trastos y hasta la próxima, que será, D.m., la noche de
San Juan. Que este otro popular Santo nos sea propicio.
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