El epígrafe podría ser también el de la
conferencia impartida por José Antonio Alarcón Caballero este jueves diecisiete
de octubre en la Casa de Ceuta en Cádiz como cuarta jornada de la XIX Semana
Cultural de esta asociación, aunque el título sea en realidad "Beigbeder:
Ceuta y el Protectorado".
El
acto comenzó como es habitual con la presentación del conferenciante por parte
del presidente De la Yeza, por más que Alarcón Caballero haya participado en
los ciclos de conferencias de la asociación más de una vez. Este hijo de Ceuta
nació en 1959 y se licenció en la rama de Historia Contemporánea de Filosofía y
Letras de la UGR. Investigador histórico, autor de numerosas publicaciones, es
director del IEC y director de la Biblioteca Pública "Adolfo Suárez"
de la Ciudad Autónoma.
Existen
muy pocas biografías de Juan Luis Beigbeder y Atienza, y bastante sesgadas.
Probablemente sea algo conocido por el gran público debido ser un personaje
central en la serie de TV "Tiempo entre Costuras" difundida hace
algunos años. Este militar demostró a lo largo de su vida tener una gran valía,
ser un intelectual de pies a cabeza de vastísima cultura y, aunque bien se le
puede considerar como un africanista, fue también en este terreno alguien
excepcional que, como tantas otra personas que sobresalen de las de su entorno,
sufrió la maledicencia de muchos envidiosos que no le perdonaron su agitada
vida amorosa (Rosalinda Fox fue su más célebre amante), aspecto que en aquella
España gazmoña resultaba absolutamente condenable. No obstante hay que
decir que no fue especialmente discreto en esta faceta de su vida privada. Su
vida no carece de algunas contradicciones en ciertas actitudes, cosa que
contribuyó a su arrinconamiento pese a lo alto de su posición en el régimen del
18 de julio.
Militar
del Arma de Ingenieros, elegida por el tras aprobar el ingreso tanto en la
Academia de Ingenieros como en la de Artillería, diplomado de Estado Mayor,
dominaba varios idiomas tales como el francés, el inglés y el alemán, pero
además era un gran conocedor del árabe clásico y varios dialectos del mismo,
así como de la cultura y la civilización tanto árabe como marroquí. Falangista
convencido y muy apreciado tanto por Franco como por Serrano Súñer, fue
personaje clave en la génesis y el desarrollo del Alzamiento del 18 de julio de
1936 cuando, nombrado Alto Comisario y Gobernador de las Plazas de Soberanía
españolas en el norte de África controló el Protectorado asegurando su adhesión
al bando nacional y, sobre todo, gestionando brillantemente el reclutamiento de
marroquíes para luchar en la península formando parte de los regulares
indígenas que tanto peso tuvieron a lo largo de aquella sangrienta contienda
que fue la Guerra Civil. Su comprensión de la idiosincrasia marroquí, así como
de su cultura e idioma, que ya hemos avanzado antes, junto con sus dotes
diplomáticas, fueron factores determinantes de su rotundo éxito. También usó
sus contactos con altos oficiales alemanes para canalizar la ayuda del III
Reich al bando franquista. Pese a ser responsable último, dado su cargo, de la
represión llevada a cabo en Marruecos, Ceuta y Melilla durante aquellos aciagos
años, también se le conocen gestos puntuales de conmiseración que salvaron la
vida de algunos individuos adscritos al Frente Popular. Como ministro del
Exterior (1939) trató de equilibrar las relaciones españolas con los dos bandos
enfrentados en la segunda guerra mundial, consciente de los intereses
nacionales. Ello le valió su destitución. No obstante fue rehabilitado por
Franco, que lo envió a los EEUU antes de acabar la segunda guerra a difíciles misiones.
Vuelve a España en 1945, donde muere en 1957.
Durante
su mandato como Alto Comisario acometió medidas de alcance que beneficiaron a
Ceuta, a la que profesó gran cariño. Gracias a su poder omnímodo en el
norte de Africa, realizó obras sociales importantes como la prohibición de la
usura, bastante extendida a la sazón, la creación de la Caja de Ahorros de
Ceuta para cubrir la función social tan mal llevada a cabo por los usureros,
instauró el impuesto del 4% que ha perdurado hasta 1991 y combatió el
chabolismo. Estableció buenas relaciones con los musulmanes, llegando a
nombrar al primer concejal de esta religión de la historia de Ceuta. Implantó
la sindicación forzosa y creó la Delegación de Trabajo.
Al término de su intervención, Alarcón
Caballero fue muy aplaudido por los asistentes. El presidente De la Yeza
agradeció su asistencia haciéndole entrega de un recuerdo alusivo a la ocasión
y dándole a firmar en el libro de honor de la asociación.
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